En los últimos días, y puesto que yo resido en la ciudad de Cajamarca, se me ha entrado una duda, ¿por qué el Carnaval de la ciudad hermana de Puno está teniendo mayor aceptación?, es valida la pregunta, ya que, Cajamarca se ha jactado, desde antaño, de obstentar este título.

Y la verdad que la única respuesta posible, es que el verdadero simbolismo de las fiestas carnavalescas, se han perdido en mi terruño, por diversos motivos; porque las autoridades no han tenido una visión a futuro de una festividad que siempre disfrutaron nuestros antepasados, ya sea, cantando las picarescas coplas, disfrutando de la rica chica, degustar de los platos típicos tales como el cuy frito, puchero, entre otros; porque se ha dejado de inculcar a nuestra juventud, que los carnavales, no son sinónimo de un centro histórico hediondo, fruto de las noches de carnaval con licor.

Ahora para lo que sirve el carnaval, es para servirse parte de la torta que maneja el "Patronato del Carnaval", que año a año, va haciendo de nuestra fiesta popular, poco menos que un mamarracho, comparado, con la organización de la "Virgen de la Candelaria".

Sólo pedirles a nuestra autoridades, que no dejen que se deforme algo, que siempre hemos comprendido como un grandioso espectáculo de hermandad entre todos los peruanos y no simplemente, una forma de vandalismo.